La verdad es que cada vez que voy está más bonita, con los arreglos de calles y casas tan bien restauradas.
Sin embargo está vez no iba para visitar el pueblo, sino más que nada para hacer la excursión por las pasarelas del río Vero.
Fuimos con Tere y Luis Mi y pasamos un día fenomenal.
Es muy fácil el recorrido, puesto que vas bajando por las pasarelas, marcadas, desde lo alto de Alquezar hasta el río que está bastante profundo.
Las pasarelas son metálicas y vas descendiento con cuidado, una vez abajo puedes ir a la izquierda dónde hay un remanso y una especie de cueva, y luego volver otra vez a la pasarela y seguirla a la derecha e ir bordeando el río.
Hay zonas de pozas para el baño y una cascada, de una antigua presa, y puedes bañarte y sentir caer el agua de la cascada a modo spa.
Luego el ascenso otra vez al pueblo es empinado y sin pasarelas, más de montañismo, pero fácil, eso sí llevar agua para beber.
Pero también es zona de olivos y aceites .
Hay turismo sobre todo de franceses para practicar los descensos del río Vero, hacer cañones y deportes de aventura. Y en el plano cultural, una riqueza tanto de monumentos como de arte rupestre. Se pueden visitar las pinturas rupestres, pero hay que ir con guia, porque se encuentran por las montañas y para preservarlas de vándalos están con verjas.
Comimos en ese sitio curioso, lleno de fotos de gente famosa que ha estado allí .
Nada más sentarnos en la mesa el dueño nos preguntó que es lo que no nos gustaba, curioso no?.
Allí no hay carta, te van sacando lo que ellos tienen preparado.
Pero estaba todo muy bueno.
Nos fuerón trayendo :
Dos tipos de gazpacho uno de tomate y albahaca y el otro de zanahoria con comino (riquísimo). Luego un pastel de setas y una longaniza de graus rellena de trompetillas de la muerte. Después tomate de Barbastro sin piel a rodajas con aceite virgen de oliva de la zona. Una fuente de fricandó de ternera de Binefar, que se deshacia de suave y rico que estaba. Luego te preguntaba si querías más para seguir sacando más platos
Las feminas dijimos que no, pero los hombre aún probarón un pollo guisado. Cuánta gulilla!!.
Para terminar con los postres que fuerón, una natilla, un arroz con leche, un pastel de queso y flan de café.
Finalizamos con café de puchero, a la antigua usanza.Y el vino de su cosecha, blanco de uva gewürztraminer, nos fué servido generosamente.
A la derecha imagenes del restaurante que os he citado.
Luego fuimos a descansar y hacer tiempo hasta que abriesen la almazara, y nos dirigimos al Santuario de la Virden de Dulcis, dónde hay un curioso bosque de diferentes clases de olivos con su cartel identificador, para leer sobre cada olivo y sus caracteristicas y otras curiosidades..
Como colofón del día terminamos la tarde con la visita a una antigua almazara de aceite, ahora museo y degustamos una cata de los aceites, tanto con tostada de pan como con cucharita.
Un día diez, como a mi me gusta, para repetir.
Os dejo imagenes tomadas con mi cámara de fotos del río Vero desde las pasarelas.
DelSantuario de Dulcis, que se llama así porque la Virgen se apareció en una colmena de abejas.Según la leyenda.
Fué construido sobre la base de un templo románico S XII. Pero en el siglo XVII se construyó de estilo múdejar.
Además hay un reloj de sol con la sombra de olivos. Esto se encuentra cerca de la población de Buera, hay una ruta de las ermitas también en ese recorrido.
Y la almazara que visitamos tambièn está en el pueblo de Buera. El aceite muy bueno, compramos unas botellitas de dos clases diferentes de oliva.
Abajo vista de Alquezar con su castillo y colegiata.
Pues aquí os dejo otra propuesta por si no lo conocéis.
mamarosa
