Y coincidiendo con el puente de San Jorge, festividad en todo Aragón, hemos aprovechado para iniciar la temporada.
En la localidad de Campo, se construyó, recientemente una carretera que sube hacia las Vilas de Turbón, se toma desvio a la izquierda para subir al balneario, pero nosotros continuamos por la carretera hasta llegar a la zona que queríamos visitar. Se llega muy bien por la carretera nueva y se hace muy corto el trayecto.
Queríamos visitar algunas poblaciones de esa zona.
Pero mi marido, me llevó hasta el valle de Castanesa, que el hizo una excursión por allí y le gustó mucho, lástima que esté sin vegetación, la primavera todavía no ha llegado por esos lares.Pero si nos adentramos más hay sitios muy bonitos, pero iremos en otra ocasión, con más tiempo.
Subimos hasta un mirador, para ver las vistas del valle, luego llegamos a la bifurcación que lleva a Pont de Suert, que tengo en mente visitar este verano.
En ese cruce se encuentra una zona de camping y bungalows, camping Baliera, al lado del río.
Luego volvimos de regreso por la carretera hasta la población de Bonansa, el camino por la carretera es muy bonito, pasamos por muchos túneles, en el congosto , con las paredes rocosas, que se van uniendo y estrechando.
Hay pueblos muy bonitos por la zona Montanuy, Las Paules, (famoso por las brujas que hubo y que quemaron).
Arriba foto de un pueblo en la montaña, que se llama Castarné de 1044 m.
A la derecha plaza de Bonansa
Me sedujo el pueblo de Bonansa, por sus casas y por tener dos hoteles, uno de ellos ecológico.
En un sitio tan pequeño, pero hay mucho turismo, por lo que vi, y coches hasta holandeses vimos.
Esta zona la visitan mucho nuestros vecinos catalanes, puesto que está muy cerca de su comunidad.
Y por las zonas para hacer excursiones tan bonitas.
En el puerto de Bonansa, hay una zona boscosa con caminos indicados para hacer caminatas, Hay un paseo indicado para ir con niños y también apto para personas discapacitadas . Encontramos un parking y una zona adaptada para minusvalidos, con mesas y sillas más altas, y luego todas las explicaciones están en lenguaje para ciegos. También hay paneles que explican, cosas del entorno, al final del paseo se llega a un mirador.
Paseando por allí, salieron a nuestro encuentro unas ardillas pizpiretas, que buscaban comida.
También hay una tipi india hecha con ramas de árboles,para jugar los niños.
Abajo dejo diferentes fotos de las casas del hotel Bonansa Countrie, y del hotel eco Terra.
Aquí os he hecho foto de los mapas que están colocados por muchos sitios, para localizar las zonas de excursiones o de interés.
A la izquierada el parking que os he citado y la tipi de ramas.
Nos acercamos hasta el monasterio de Obarra, pero no está habitado por monjes.
Hay que dejar el coche en un lado de la carretera, donde hay una caseta de información y un merendero, luego siguiendo la carretera se llega a una verja se pasa por el lateral, y llegamos a un puente lo subimos y llegamos a la explanada donde se encuentra el monasterio, un antiguo pozo harinero, ahora albergue, y la iglesia de San Pablo.
Obarra tiene gran importancia en la zona, aquí enterraban a los condes de la Ribagorza, y además es un templo que se construyó siguiendo unos sistemas de proporciones de triangulo equilátero pero luego fue modificado por los signos de las proporciones dobles, y todo tiene su numerología, el tres, el cinco, el siete, el doce, muy curioso,es de estilo románico lombardo.
Hoy en día está muy vacío, pues en la guerra civil, destruyeron mucho de su interior.
Un guía nos fue explicando las características y la historia de esta construcción. Y lo que más me llamó la atención es que era un centro astronómico. Se construyó haciendo coincidir las entradas de luz de la luna, y de los rayos del sol.
Los meses que rodean al solsticio de verano, el primer rayo de sol ilumina el altar y el presbiterio a la hora tercia en que se celebraba la misa monacal, ahora se cerró con alabastro la ventana y no se puede ver.
También ofrece un calendario cristiano perpetuo, por la entrada de luz de la luna por la ventana central del abside, en el segundo plenilunio de otoño, marca cuando será la semana Santa.
No se si lo he explicado bien, pero curioso es, verdad?
Hay que hacer excursiones de ver y andar y también para culturizarnos la mente.
No me alargo en las explicaciones sobre fechas, guerras, diferentes abades....,que daría para mucho.
En la explanada junto al monasterio hay una pequeña iglesia de San Pablo, que también visitamos.
En esta zona hay excursiones para hacer y ferratas.
Como ya era hora de comer, recordé que un amigo mio me dijo de una casona, donde daban de comer y para allí que nos fuimos.
El nombre La Colomina, la señora de la casa y cocinera, te sirve lo que tiene hecho, no hay menú, ni carta, nada de eso. El día que fuimos eramos los únicos clientes, puesto que el día anterior había sido festivo, y tuvo gente a comer, pero no esperaban tener a nadie este día que era laborable,de todas formas, nos colocó al lado de la chimenea que encendió, puesto que aunque en el exterior hacia 26º, dentro con los muros de piedra tan gruesos hacia fresco.
Aún así, la mujer nos sacó, queso con pan de hogaza, chorizo, longaniza, todo casero hecho por ella.
Luego puso un bote de paté casero, con pan tostado, para servirnos lo que quisiéramos, así como el vino clarete, tinto, agua, gaseosa. Luego preparó una tortilla de patatas, hecha con los huevos de las gallinas que iban por el campo, que estaba riquísima.
Yo, ya no podía comer más, y sirvió unas espinacas con bacon, luego pescado rebozado, y por último corzo, que estaba super tierno y sabroso.
Pero no quedó la cosa así, luego los postres, también caseros, me decanté por crema de yogur y terminó trayendo 6 clases distintas de licores para que nos pusiésemos del que más nos gustase.
Pero sobre todo la amabilidad, como estábamos solos, estuvimos de cháchara con los dueños, y Pepito, el marido, nos fue enseñando la iglesia adosada a la casa y que están restaurando, así como los graneros, unos antiguos hornos, y un pozo antiquísimo que lleva agua pero se puede coger bajando unas escalinatas. Me lo pasé fenomenal, vimos los patos, las gallinas..
Nos explicó el origen de la casa del siglo XVIII, que tiene su escudo en la puerta, del 1720.
En fin que lo hemos pasado de maravilla, al final hasta me regaló huevos caseros, osea el broche de oro, quedamos en volver con amigos.
Luego camino de vuelta, hemos bajado hasta un puente románico cerca de Roda de Isábena, pero en la carretera.
Y por último antes de desviarnos, hemos entrado al pueblo de Serranuy, para dar una vuelta y ver el puente de acceso al pueblo y el río.
Un día maravilloso, hemos caminado, hecho fotos, aprendido mucho de historia, arte, de escudos y etnología, hemos comido unas ricas viandas, cocinadas a modo casero de nuestras abuelas, sin adornos de chef de alta cocina, sino sencilla, con productos de la matanza del huerto y del corral.
Una temperatura excelente de primavera, con poca gente, a nuestra bola, disfrutando a tope del paisaje, de la naturaleza y de las buenas personas.
Para repetir!!
mamarosa.
Puente, hay que bajar andando para verlo, desde la carretera se ve un poco.
Las siguientes fotos son del pueblo de Serranuy, entrada por el puente y vista del río desde el puente y abajo os doy envidia con los huevos frescos y camperos, para hacerlos fritos con muchas puntillas..., que sabor, rico rico!!
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