En estas fechas navideñas con los menús para preparar y servir en nuestras comidas y cenas siempre surjen las mismas preguntas:
¿ Les gustará lo que vamos a preparar ?
¿Todos los comensales comen de todo?
¿Y los niños habrá que hacer otra comida?
Y eso es lo que nos pasó a nosotras en la cena de fin de Año.
Nuestra idea era hacer de primer plato una sopa de cebolla al estilo Francés.
Pero empezarón los incovenientes, a unos no les gustaba la cebolla flotando en el caldo que les daba asquito, a otros no les gustaban los tostones de pan.
Así que pensamos en pasar la cebolla y en quitar los tostones de pan y hacer una tortita de hojaldre.
Al ir a comprar surgió otro problema, el queso, no había queso de Gruyere en trozo por ningún sitio, y el de Emmenthal es un poco soso.
Al final mi cuñada compró Parmesano .
Así que la sopa al estilo francés pasó a ser sopa al estilo Eva/Rosa y lo que fuese saliendo.
Yo recuerdo que en mi estancia por Italia, vi que se guardaban la corteza del queso Parmesano para echarla al caldo, así que no tendría que salir mal.
Preparamos un caldo de carne con verduras y ternera.
Pochamos las cebollas en aceite de oliva hasta transparentarlas, salpimentamos con pimienta de Jamaica que es muy aromática.
Añadimos las cebollas al caldo y lo pasamos por la batidora, incorporamos el queso Parmesano rallado.
Hicimos una tejas de queso, rallando queso Parmesano y colocándolo sobre papel de horno, primero haciendo montoncitos y luego alargandolos un poco, dejando separación entre uno y otro.
Metimos al horno y dejamos hasta que cambiaron de color pero sin quemarse. Los sacamos y dejamos enfriar.
Hicimos unos discos de hojaldre y especiamos con oregano y sal y un pelín de aceite y metimos en el horno.
Presentación del plato:
Echamos el caldo dentro del tazón de consomé, pusimos la teja de queso en un lateral y el bollito de hojaldre apoyado, para que se pudiese bien echar dentro del caldo o tomarlo como acompañamiento.
Veredicto final, les gustó.
Sugerencia : Al día siguiente estaba todavia más buena.
En la cocina y en la vida, a veces la sorpresa, el error, el cambiar, la improvisación y la casualidad, puede ser lo mejor.
mamarosa.
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