A mi me gusta frecuentarlo de vez en cuando, porque me gusta variar mucho y no repetir demasiado.
Pero lo bueno que tiene es que cambian los platos que presentan y así se van probando otras propuestas.
Es un sitio de estética moderna, pero el ambiente es agradable, me gusta sentarme junto a una chimenea de vapor de agua, que da el pego, con su llama y todo.
Nota, hay que llamar para reservar, suele estar siempre completo.
Por qué me gusta?, pues porque es un poco diferente.
Ponen en cada mesa dos listados uno de los productos para comer y otra de vinos, y en ambas hay unas casillas para que tú pongas lo que pides que te sirvan, acompañan con un lapicero con goma en el extremo para poder borrar.
Es una cena, diferente en cuanto a que no hay platos ni cubiertos, pero si que te traen con cada propuesta, bandeja, con tarritos para salsas, pan, y cubierto.
La temática de los platillos, es internacional, puesto que encuentras desde quesadillas o tapa de guacamole, pasando por cocina india, japonesa, española, italiana, etc, así que das gusto a todos.
Es para cenas muy informales, pero se disfruta.
Por ejemplo el otro día cenamos allí, eramos dos parejas y pedimos los siguiente, luego de mucho discurrir que nos tomábamos.:
Con vino blanco, servido dentro de la cubitera en el lateral de la mesa.
Jamón cortado finito y servido con rebanadas de pan tierno y untadas con tomate y aceite de oliva.
Lo colocan en una fuente y cada cual se va sirviendo a su mini plato.
Después sacaron pulpo a la plancha con salsa de romescu, estaba tierno y sabroso, e igualmente servido en una fuente y cada cual se coge su trocito y se pone de la salsa.
Pollo estilo thai, bolitas irregulares muy crujientes y por dentro suaves y tiernas, con salsa de mango
Taquitos de atún rojo, macerado con salsa y sésamo, muy rico.
Unas mini cazuelas de huevos poché con foie y salsa de reducción Pedro Ximenez, buenísima.
Y de postre unos mini piononos un poco borrachillos, que sabían a poco.
Al final salimos del restaurante llenitos, porque ves los trozos pequeños y piensas, me voy a quedar con hambre, pero no es así.
Son propuestas diferentes, ni mejor ni peor que otras, pero a mi como me gusta tanto el probar cosas nuevas, y cambiar y tan pronto ceno en una tasca andaluza, como de tapas, o bocadillos...
Lo bueno de cambiar es ver, pasear y descubrir sitios nuevos y repetir de vez en cuando en los que nos gusten, hoy en día hay propuestas para todos los gustos, bolsillos, cocinas exóticas, nacionales, regionales...., pues vayamos probando todas!!
mamarosa.
fotos tomadas Internet.
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