En España, desde antiguo, están ligadas las fechas del calendario y los ritos cristianos y católicos, a los usos culinarios.
En Cuaresma, se hacía ayuno y también abstinencia en comer carne por lo que los guisos a base de pescado eran propios de estas fechas.
Y en las zonas de interior de España, en dónde no había mar, el rey de todos estos platos de cuaresma es el Bacalao, antes humilde, hoy bastante caro.
También se usaba otro pescado, como es el congrio, en su versión como el bacalao seco en sal.




Mi madre solía hacer una receta de bacalao con leche.
La verdad, es que está muy apetitoso de todas las formas.
Con tomate y ali olí gratinado, buñuelos, en tortilla, albóndigas, con miel, en ensaladas, con aguacate y pistachos, al ajoarriero, con salsa verde, revuelto de bacalao, a la gallega, bacalao empiñonado, carpaccio de bacalao con queso de cabra, con lentejas, con judías, bacalao de cuaresma, a la catalana, a la manchega,en caldeirada, a la llauna, en escalibada, brandada, con azafrán, al roquefort, a la portuguesa, con habas, con garbanzos, con huevos duros, a la vizcaína y mil platos más....
En cualquier pueblo de nuestra geografía, podemos encontrar suculentos platos con este pescado, preguntad a vuestras madres y abuelas, que seguro tendrán la RECETA, transmitida de generaciones.
Esta bien probar la nueva cocina, los nuevos ingredientes, pero también el mirar hacia adentro, y reencontrarnos con lo auténtico, los buenos guisos familiares.
Pues lo dicho a mirar recetas e ir probando platos y por supuesto en estos meses de frío y en tiempo de cuaresma, como manda la tradición, buenos potajes con este pescado tan afamado.
mamarosa.
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