La tarde del Jueves, decidimos ir hacia Samitier, que siempre hemos pasado por la carretera, pero núnca hemos parado. (Ctra de Barbastro a Ainsa)
Según cuentan en la Edad Media, la torre de Samitier y la torre del pueblo de Abizanda, no muy lejos de aquí pero situado enfrente, se comunicaban por medio de señales, para avisar de asedios.
Dejamos el coche en la plaza y nos adentramos a visitar las casas, y hacer fotos de puertas y ventanas, que tanto me gusta hacer, y de todo lo que surja...
Vimos las indicaciones hacia las ermitas y el castillo, y para allá que nos fuimos.
Es una camino que va subiendo, y no ves el castillo, mejor llevad agua si subís, a mi se me hizo cuesta arriba, pero no es complicado, en mi caso no es un problema de piernas, mas bien de respiración.
y por el camino hay una ermita de Sta Waldesca, y después están las de los Santos Emeterio y Celedonio, (vaya nombrecitos), y sigues subiendo, una zona sin mucha sombra.
Cuando vas llegando hacia el castillo siglo XI, pero está derruido, lo mejor son las vistas desde allí, se ve el pantano de Mediano, con su torre asomando, (Este pueblo de Mediano, fue desalojado brutalmente, para la construcción del pantano, no les dejarón a sus gentes, ni recoger todo de sus casas).
Y desde arriba del castillo se ve el estrecho de Entremón, realmente lo que queda del castillo son la iglesia de tres naves y los restos de un torreón hexagonal, que pertenecierón al desaparecido castillo.
La bajada para mi una maravilla, voy más rápida y ligera, y disfruto más de las flores, del entorno, en la subida, voy concentrada en no desfallecer, no soy muy deportista.
Y para recuperarme de tanto "deporte", acabamos en Ainsa, sentados en la terraza del bar La Carrasca,con cerveza y unas tapitas, para recuperar las fuerzas.
y así fin de la aventura.
mamarosa
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