Todas las temporadas el mismo rollo “El cambio de armario”.
No sé a vosotros pero para mí es temible, sobre todo en esta época de
primavera, que no sabemos con qué vestirnos, porque cada día hace una
temperatura diferente y pasamos de achicharrarnos de calor un día y al otro
vuelta al frío invierno, lluvia, vientos e incluso en algunas zonas nieve.
Así que tengo en los armarios un poco de todo, variadillo
ropa de invierno, verano, primavera, pero el armario no se estira y cada vez
tengo menos sitio y el caos es mayor y no me atrevo a cambiarlo y ordenarlo del
todo.
Y ahora hablemos del armario juvenil sobre todo el de las chicas
, que tienen ropa por un tubo pero siempre dicen que no tienen nada para
ponerse cuando tienen que salir (aunque para ser sincera, eso también nos pasa
al resto de las mujeres), pero además de esto, su armario es el caos total.
Ellas no encuentran nunca nada de lo que buscan en su
armario, porque como las perchas ya no dan más de sí, tienen que invadir el
resto del armario, el fondo, el bajo, los laterales, el techo.
No hay forma de
localizar ninguna prenda a simple vista, parece como si el armario se engullese
todo o lo enviase al más allá, a otro
universo paralelo.
Me viene a la memoria
el libro de C.S.Lewis “Narnia”. Pues lo mismo le debe de pasar a la ropa que
tiene vida propia y elige escabullirse hacia otros mundos, mundos de fantasía,
dónde los armarios son enormes y están bien organizados, dónde prime el orden y
a la primera veas lo que buscas, y ya puestos
que nos diga que ropa nos vamos a
poner y qué tal nos vamos a ver con ella.
¡Utopía!, ¡Quizás no!
Mamarosa
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