Ya ha comenzado Septiembre, la vuelta al trabajo, el inicio
de un nuevo curso escolar, la rutina, el madrugar, las buenas intenciones de
todos los años de hacer cosas, cambiar hábitos, hacer régimen (para quitar los
kilitos de los vermuts y las cañitas con tapitas), y lo mejor de todo reencontrarse con los
amigos.
Poco a poco dejaremos de “añorar” el descanso, las siestas,
el ir sin horario, comer un poco más, el salir, trasnochar, viajecitos, etc. Y nos
quedaran las fotos y otro verano para recordar el del 2013.
Este año en mi caso han sido unas vacaciones muy
tranquilitas y reposadas, he leído muchísimo, y he disfrutado de buenos
momentos entrañables con mi familia y amigos, hemos hecho algunos viajecitos y
escapadas, he caminado y respirado aire puro en fin en resumen muy bien.
El poco tiempo compartido con mi hija ha sido como siempre
maravilloso, hablando mucho como siempre hacemos las mujeres y con la complicidad que tenemos.
Recuerdo una tarde de Agosto en mi dormitorio echadas sobre
mi cama compartiendo una película de amores “Tenías que ser tú”, que nos la sabemos de
memoria, con María, amiga de toda la familia, nos faltaron las palomitas, pero
se sustituyeron por chucherías varias, pero que bien nos lo pasamos.
Las comidas tardanas de fiestas con la juventud mi sobrino
que es un crack que nos cuenta muchas cosas interesantes y lo pasamos genial
con él, aunque este año ha sido poquito lo que ha estado con nosotros, hemos
disfrutado de su presencia.
Este verano no he recogido frutos del bosque para hacer
mermeladas, esperaremos al otoño para poder recoger rebollones, que este año
con tanto llover habrá a montones, y podremos llenar la cesta y sobre todo
disfrutar de largos paseos otoñales que me encanta.
Bueno, para todos y todas feliz comienzo de Septiembre con
las pilas cargadas para las afrontar lo que nos depare la vida y a esperar a
las próximas vacaciones, pero vivamos primero el día a día que a veces también
puede ser emocionante.
Mamarosa.
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