Ya se están viendo por los comercios, escaparates con
temática de Halloween, con calabazas, disfraces, telarañas, y demás artículos siniestros.
Ayer paseando por la tarde y viendo estos escaparates, pensé
en cuanto ha calado en la juventud de hoy esta fiesta americana
Los jóvenes creen que esto de las calabazas, es de las
series americanas, películas y del modo de vida de allá. Pero nada más
incierto, puesto que todo esto, sin tanta parafernalia, ya se hacía aquí en
Europa desde tiempos ancestrales.
No sé en Irlanda, Inglaterra, o Norte de Europa, estas
tradiciones como eran, pero aquí en España, era la fiesta de difuntos y de
todos los Santos.
Recuerdo que de pequeña, íbamos con mi abuela paterna,
Adela, y todos mis primos y tías a visitar el camposanto, (cementerio), y
llevar flores a la hermana de mi padre que murió joven, y a toda la familia
difunta.
Pero que no me hacía
demasiada gracia el ir allí, porque me daba un poco de miedo, y pensaba que
alguna tumba se abriría y se levantaría un muerto y bueno la imaginación
infantil. Pero luego allí se te olvidaba, porque lo pasábamos muy bien todos
los primos, con las flores esas raras que parecían de terciopelo, y luego
visitando las tumbas tan espectaculares, de toreros, esculturas con grandes
ángeles, y como había tanta gente pues era como un día muy festivo.
¿Os acordáis que siempre nos ponían en la tele D. Juan
Tenorio, teatro de Zorrilla?, que latazo me parecía entonces, siempre lo mismo.
También recuerdo como jugábamos con los amigos vaciando
calabazas y poniéndoles una vela dentro de noche jugando en la calle, llamando
a las puertas de las vecinas para asustarlas, entonces no era “truco o trato”,
lo nuestro era intentar hacer miedo y que gritaran.
Y también Bécquer, era muy propicio en estas fechas, con sus
leyendas, que nos daban mucho miedo, pero que seguíamos leyendo, porque en el
fondo nos daba gustito.
Y ya si estabas con alguna amiga en casa y solas, pues era también
muy típico contar cuentos o historias de miedo, que si en el pueblo por la
noche se iba al cementerio a ver los fuegos fatuos, que si a un amigo le
hicieron una broma, llevándolo al cementerio de noche y un amigo se escondió en
una tumba y cuando pasaron por ahí, se levantó y todos gritaron, pero ese chico
luego se le puso el pelo blanco…
Bueno, que tétricos y que malotes éramos.
Y además de todo esto los postres, los huesos de santo, los
panellets, las torrijas, los pastillos de calabaza nueces y pasas..¡ Qué
ricos!.
Y en México, que fiestas se organizan en estas fechas, con
todas las calaveras, esqueletos, flores, luces, montones de dulces y comidas
típicas, no he estado pero he visto imágenes y debe de ser una pasada.
Aquí abajo, foto de calaveras de México.
Aquí abajo, foto de calaveras de México.
El año pasado, mi hija y sus compañeros de carrera, montaron
una fiesta en casa de uno de ellos, y la decoraron como una casa de terror.
Pintaron con cinta en el suelo la figura de un cuerpo, como
en una escena de crimen con los C.S.I, y pusieron todo con telarañas y arañas y
luces tenues y calabazas, y además una mesa con viandas y copas terroríficas. Y
se lo pasaron genial, todos fueron disfrazados y es lo que ahora se lleva, como
veis más al estilo de Halloween que de noche de difuntos.
Los tiempos cambian, pero algunas veces el que cambien tanto
a mí no me gusta, debo de estar ya muy vieja.
Mamarosa.
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