Generación Sanwich
Hoy he estado con una amiga que han operado a su padre que
ya lleva un montón de operaciones y hemos
hablado de un montón de cosas y sobre todo de que nuestros padres ya están ancianos
y pienso en la edad que tenemos y el lugar que estamos ocupando en la familia.
Nuestros padres se nos han hecho ancianos, y eso que hasta
hace poco no nos lo parecían porque en estos tiempos las personas mayores no
son igual que nuestros abuelos, ahora nuestros padres tienen una presencia
mejor, van juveniles en la forma de vestir (no como antes todos de luto), van
de peluquería, van de viajes tienen vida social, la dentadura perfecta gracias
a los implantes, etc.
Pero la vejez sigue su curso y es ley de vida. Y nosotras
las hijas somos como un sanwich entre nuestros padres y nuestros hijos, y todos
nos necesitan a la vez de una u otra forma, ¡ah! Y esto sin contar con nuestros
maridos.
Igual valemos para un roto que para un descosido. Hay que
cuidar de los padres, hay que atender a nuestros hijos y hacerle gracias al
marido… y nosotras qué.
Menos mal que nos consolamos con nuestras amigas que vemos
en las mismas situaciones y con ellas desdramatizamos con unas risas o con
algún comentario jocoso.
¿Y cuando los padres
no te hacen caso? esa es otra a los niños se les puede coger del brazo y
llevarlos aunque sea acuestas al médico, pero si tu padre te dice que él no va,
¿ qué hacemos?
Luchamos siempre contracorriente que pronto ha pasado el
tiempo en el que me acurrucaba en los brazos de mi madre y jugaba con mi padre ellos
eran mi guía, me cuidaban, me querían, me protegían. Y ahora soy yo la que
tengo que cuidarlos y protegerlos y Dios me ayude a hacerlo bien y a darles
todo el amor que ellos me han dado a lo largo de la vida.
Si chicas todas las sanwich nos vamos a tener que ayudar
mucho entre nosotras porque las épocas que vienen van a ser duras, porque
perderemos a nuestros padres y entonces ya no seremos las del medio, si no las siguientes.
Pero no me quiero poner triste, porque aún tenemos que
luchar por nuestros hijos y si Dios quiere por ver crecer a nuestros nietos. Y es
ley de vida, la vida sigue. Así que disfrutemos de lo que todavía tenemos, de reírnos
con nuestros padres de aguantarles sus “defectos”, y hacerles agradables los
años que les queden.
Por todos nuestros queridos padres que nunca los
olvidaremos.
mamarosa
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